Escribo este artículo, porque me siento muy vinculado,
familiar y personalmente, a este mundo. Mi padre como agricultor ha pertenecido
a una cooperativa de aceite y al morir, somos sus hijos quienes seguimos con esta
"tradición". Si a eso le unimos que me he recorrido Andalucía de este
a oeste visitándolas, conozco los problemas de este sector, de primera
mano, y
me afectan directamente.
Las cooperativas de este país, en el pasado,
efectivamente han supuesto una vía de desarrollo del sector agrario. Pero
debo de afirmar que actualmente NO.
Fundamentalmente por:
- NO CONTAR CON PROFESIONALES CUALIFICADOS NI EN LA DIRECCIÓN, GESTIÓN, NI EN LA COMERCIALIZACIÓN DE SUS PRODUCTOS.
- Luego..., en gestión, como se dice con una parcela agrícola, están en barbecho. SIN SACARLE UN ADECUADO RENDIMIENTO a este tipo de negocios.
Una
pequeña introducción:
A primeros de Octubre se celebró en Granada el IV
Congreso de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, organizado por FAECA.
El
presidente de FAECA ha explicado cuan necesario era celebrar este encuentro,
precisamente en este momento, dado el papel fundamental que el sector
agroalimentario, en general, y el cooperativismo, en particular, está jugando
en el mantenimiento del empleo y la generación de riqueza en Andalucía y también
en España.
No
en vano, las cooperativas del sector mantienen unos 350.000 empleos directos en
la región, a los que hay que añadir eventuales y los de empresas auxiliares
asociadas a su actividad.
El
presidente de FAECA, Jerónimo Molina Herrera, ha señalado que queda mucho por
hacer para convertir al sector agroalimentario andaluz en el primero de España,
generando valor añadido, empleo y riqueza en la región.
Marcando
una serie de objetivos para el futuro:
- El de reivindicar el papel de las cooperativas como motor de la economía y empleo en Andalucía.
- Y, por otro, lanzar a la sociedad una imagen de sector moderno y profesionalizado que nada tiene que ver con otras de antaño.
- Hay que crecer en tamaño, porque sin un adecuado tamaño no se puede seguir avanzando.
- Se ha instado a los cooperativistas a constituir redes de comercialización.
- Obliga al sector, necesariamente, a concentrarse, diversificar e innovar.
Pero......esto
son sólo palabras.
Todo esto está muy bien, pero la realidad es muy
distinta. Después de visitar, como he comentado al principio, unas cuantas
cooperativas, he podido apreciar una serie de problemas y deficiencias que
expongo a continuación.
Actualmente la mayoría de las cooperativas están
siendo administradas por los órganos de gestión establecidos en los estatutos: Presidente y Consejo Rector. Y
las personas que representan estos órganos, no cuenta con una mínima formación
en temas de gestión empresarial (finanzas, recursos humanos, comercialización,
etc.).
Y, por otro lado, estas personas están muy
mediatizadas por temas políticos y no por conseguir mejorar la rentabilidad del
socio.
De manera practica, el eje del gobierno de muchas
cooperativas está en el Presidente y el jefe de administración o administrativo
de confianza, dependiendo del tamaño de la entidad. Si uno coge unos estados contables
de cualquier cooperativa, en la mayoría de los casos el dinero se gasta en todo
menos en personal/profesionales adecuados y en comercialización de sus
productos. Así nos va.
Tanto las cooperativas como el resto de productores no
entienden que es prioritario invertir
en mejorar el marketing y la red de venta de los productos, las inversiones en
instalaciones y otros activos vienen como consecuencia del incremento de las
ventas, mejorando la rentabilidad de la misma. De que sirve invertir en nuevas instalaciones y equipos de producción, si esta
no se vende y lo poco que se vende se hace con escasa rentabilidad.
Y si hablamos del cooperativismo
de segundo nivel/grado, excepto algunas pocas excepciones, ha sido un
fracaso mayúsculos. Causa general, volvemos a lo mismo, no poner a personas adecuadas al frente y no llevar un control adecuado
por parte de los representantes de las cooperativas base.
Para cumplir con los objetivos marcados en este
congreso hay que ponerse manos a la obra. Cambiando
estatutos, adaptándolos a los habituales en cualquier sociedad
mercantil:
- Dejando la responsabilidad de la gestión en profesionales cualificados.
- Dejando al consejo rector como supervisor de la labor del gestor y en la toma de decisiones que impliquen inversiones de una determinada cuantía. Como suele actuar el consejo de administración en cualquier sociedad mercantil.
- Creando un código de responsabilidad para todo el mundo.
- Potenciando las áreas de comercialización y venta de nuestros productos tanto a nivel nacional e internacional.
- Propiciando la integración, con otras cooperativas o empresas (S.A., S.L.), que aporten valor a la cooperativa y socios. Ejemplo áreas de investigación, marketing, salida al exterior, etc.
Hay que sacar de la gestión a los políticos de turno y
convertirlas en verdaderas empresas, modificando sus órganos de gestión y dirección. Como vengo repitiendo, hay que poner el
foco en potenciar la comercialización y ventas de nuestros productos, que por
su manera de cultivarlos, elaborarlos y transformarlos son de una enorme calidad.
El sector agroalimentario es muy importante en la
economía española por su contribución a la misma, siendo el responsable del
7,8% del PIB nacional, generando 1,8 millones de puestos de trabajo, lo que
representa el 10,3% del empleo en España.
Por la importancia de estos organismos en el
desarrollo de nuestra agricultura, es urgente que se acometa su modernización.
En España hay en estos momentos cerca de 4.000 cooperativas agroalimentarias.
El futuro
está en sus manos.
Un saludo.
P.D.:
Como colofón a este artículo, quería comentar como dentro de esta problemática general, surge la excepción. Algún empresario con visión de futuro que, en contra de la opinión del sector, apuesta por invertir el poco dinero que dispone para apostar por el exterior, mejorando el marketing y la calidad de sus productos como estrategia de penetración en los nuevos mercados.
La semana que viene marcho para el sur de Brasil para promocionar los productos agroalimentarios andaluces/extremeños en este país.
No es una tarea fácil, pero con planificación, trabajo y constancia se consigue penetrar en cualquier mercado. Un saludo y hasta la vuelta.